La asociación Amar y Servir, en colaboración con Itesca y FairPlay Club, organizó una convivencia deportiva llena de sorpresas para los menores y sus hermanos, con motivo del Día del Niño.
En un amplio campo de futbol, niños y niñas en tratamiento contra el cáncer, acompañados por sus hermanos, vivieron una tarde inolvidable gracias a la celebración organizada por la asociación Amar y Servir, en conjunto con Itesca y FairPlay Club.
La actividad fue posible gracias a una campaña lanzada semanas atrás, que logró movilizar a la comunidad para recaudar pasteles, piñatas, dulces, alimentos y todo lo necesario para brindar un día especial a los pequeños.
Bajo un cielo nublado que no logró opacar la alegría, los niños participaron en dinámicas y juegos organizados por voluntarios de Amar y Servir, con el apoyo de estudiantes del CBTA 197. Las actividades ofrecían premios y muchas oportunidades para reír, correr y disfrutar.
Además, los asistentes (niños, padres y acompañantes) pudieron mostrar sus habilidades en las jaulas de bateo de FairPlay, que donó sus instalaciones para el evento.
SONRISAS COMPLETAS
Durante la celebración también se reconoció el valioso papel de los hermanos de los niños en tratamiento, quienes con frecuencia hacen sacrificios para apoyar a sus familias. Como muestra de aprecio, cada uno de ellos recibió un regalo especial.
La jornada concluyó con un espectáculo musical y la presencia de botargas que encantaron a los más pequeños, quienes no dudaron en cantar, bailar y tomarse fotos con sus personajes favoritos.
La asociación Amar y Servir agradeció profundamente a las empresas, instituciones educativas y personas voluntarias que hicieron posible esta emotiva celebración, que benefició a más de 50 menores.
ALEGRÍA QUE LLEGA HASTA EL HOSPITAL
Para aquellos niños en tratamiento oncológico que no pueden salir del hospital, la celebración continuará durante la semana. Grupos voluntarios, asociaciones y personal médico les llevarán sorpresas diseñadas especialmente para ellos.
Durante estos días, las reglas se flexibilizan cuidadosamente, siempre priorizando la salud de los menores, pero con el firme propósito de permitirles disfrutar un Día del Niño lleno de alegría y esperanza, incluso desde su cama de hospital.
