¿Alguna vez has escuchado a alguien hablar del truco del papel higiénico en el refrigerador?, pues este truco que puede parecer sencillo se está viralizando en redes sociales y no precisamente porque sirva para mantener helado el rollo de papel.
De acuerdo a muchos usuarios, el poner un rollo de papel de baño dentro del refrigerador ayuda a eliminar malos olores y en algunos casos también puede mejorar la conservación de los alimentos.
BENEFICIOS DEL PAPEL HIGIÉNICO EN EL REFRIGERADOR
1. Elimina los Olores Desagradables:
El papel higiénico tiene una notable capacidad de absorción, lo que le permite captar las partículas que causan mal olor dentro del refrigerador. Si tu aparato ha acumulado malos aromas por alimentos en mal estado o humedad, este truco puede ser la solución.
2. Control de Humedad:
Este truco también actúa como un deshumidificador natural. Al reducir la humedad dentro del refrigerador, ayuda a prolongar la vida útil de tus alimentos y a evitar la formación de moho o hongos.
3. Ahorro Energético:
Menos humedad significa menos formación de hielo en el refrigerador. Al reducir el hielo acumulado, el aparato no necesitará trabajar más para mantener la temperatura, lo que se traduce en un menor consumo de energía.
¿DÓNDE COLOCAR EL ROLLO DE PAPEL HIGIÉNICO?
La clave para que el truco funcione es ubicar el rollo en el lugar correcto. El mejor sitio es en la parte trasera del refrigerador, donde el aire circula menos y el papel puede hacer su trabajo como deshumidificador.
Este lugar es ideal para evitar la humedad y reducir la formación de moho, a la vez que mantiene los alimentos frescos por más tiempo.
Es importante reemplazar el rollo cada tres semanas o cuando notes que se ha humedecido. No utilices un rollo que ya haya sido usado en el baño; es recomendable que guardes algunos rollos nuevos exclusivamente para este fin.

¿REALMENTE FUNCIONA ESTE TRUCO?
Aunque no existen estudios científicos que respalden este truco, muchos usuarios aseguran que es efectivo. Incluso algunos en la industria hotelera lo han utilizado durante años para mantener los refrigeradores frescos.
Los resultados pueden variar según el tipo de alimentos y la frecuencia con que se abre la puerta, pero en general, es una técnica sencilla y accesible que puede dar buenos resultados a corto plazo.