El dolor en el pecho es uno de los síntomas que más alarma genera, y con razón: en esta zona se concentran órganos vitales como el corazón y los pulmones, además de estructuras como el esófago, la columna dorsal, las costillas y los músculos.
Por ello, aunque no siempre se trata de un problema grave, nunca debe ser ignorado. Las sensaciones pueden variar: desde un dolor opresivo o punzante, hasta un ardor o pinchazo. En muchos casos, la causa puede ser digestiva, muscular o nerviosa.
De hecho, entre un 10 y un 80% de los dolores también conocidos como torácicos se consideran idiopáticos, es decir, de origen incierto. Sin embargo, existen situaciones en las que este síntoma es un aviso de una condición potencialmente mortal.
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS MÁS COMUNES DE DOLOR EN EL PECHO?
- Problemas cardíacos. Los más serios son los relacionados con la obstrucción de las arterias coronarias, que reducen el flujo sanguíneo al corazón y pueden provocar angina de pecho o infarto de miocardio. También las arritmias pueden manifestarse con malestar en el pecho.
- Problemas pulmonares. Incluyen desde infecciones con derrame pleural hasta complicaciones como embolias pulmonares, muchas veces acompañadas de dificultad para respirar.
- Lesiones en costillas o músculos intercostales. Suelen deberse a golpes, movimientos bruscos, tos intensa o esfuerzos físicos.
- Contracturas musculares en la espalda. Generan dolor reflejado en la zona torácica.
- Problemas cutáneos como el herpes zóster, que inflama terminaciones nerviosas y provoca dolor localizado.
- Ansiedad y estrés. Pueden desencadenar dolor en el pecho como parte de una respuesta del cuerpo a la tensión emocional.
¿CUÁNDO ES NECESARIO ACUDIR A URGENCIAS?
Se debe buscar atención médica inmediata si:
- El dolor es persistente y dura más de 10-15 minutos, si es opresivo, localizado en el centro o lado izquierdo del pecho
- Se acompaña de síntomas como irradiación al brazo, cuello, mandíbula o espalda, sudor frío, mareo o dificultad para respirar.
Estas señales son típicas de una angina o un infarto agudo de miocardio y requieren intervención urgente.
En conclusión, aunque el dolor de pecho no siempre significa un ataque al corazón, éste nunca debe ser minimizado. La regla de oro es clara: si hay duda, acudir a emergencias puede salvar vidas.