Modernización de la función burocrática

Rara vez se explica a la sociedad por qué algunas dependencias desaparecen, dejando a la deriva la actividad que realizaban

Modernización de la función burocrática

Desde siempre, cuando se habla de que la sociedad avance hacia el camino de la prosperidad impulsada por el desarrollo económico, queda en el tintero la modernización de la burocracia.

Poco se comenta sobre ello, como si fuera un concepto poco necesario en el avance de México, sus estados y municipios. Se habla de manera permanente sobre la inversión extranjera y nacional porque las grandes empresas, tanto externas como nacionales, son detonantes del desarrollo económico de estados y municipios.

Sin embargo, se menciona poco la modernización de las estructuras de Gobierno de los tres niveles. Es cierto que se cortan y recortan dependencias, y en el camino aparecen otras en beneficio de la sociedad.

El concepto fundamental en la creación de una nueva dependencia es que resolverá lo no resuelto y que difícilmente lo podría hacer una dependencia existente, y puede que tengan razón.

Con el tiempo, rara vez se otorga una explicación a la sociedad sobre por qué algunas dependencias desaparecen, lo que deja a la deriva la actividad que realizaban.

Esta ha sido una práctica sexenal desde siempre: bajar y subir dependencias en el trayecto del sexenio federal y estatal, sin una calificación clara de su eficiencia y eficacia.

Se mantiene el criterio de que todo se necesita para ayer en el servicio público, ahí es donde se mide la eficiencia y la eficacia cuando se cumple con una actividad o evento. Esto hace innecesario contar con un sistema de medición del funcionamiento gubernamental, porque se piensa que las encuestas de simpatía del gobernante son suficientes, pero no es así.

Si la sociedad participara en la integración de información sobre el funcionamiento de las dependencias gubernamentales, se enriquecería más el quehacer público y se avanzaría en beneficio de todos.

Si se analiza de manera real, la burocracia oficial muestra que muchas de las actividades que se realizan cotidianamente en algunas dependencias siguen siendo como en el siglo pasado.

Esto hace pensar que en esas dependencias no ha llegado el planteamiento de avance del gobernante en turno, porque continúan operando de la misma manera, como si el tiempo no transcurriera.

Lo más importante es dejar de lado las inconformidades de los ciudadanos para que haya mejoras, pero se sigue con lo mismo porque no hay presupuesto ni instrucciones claras, según se comunica cuando se pregunta.

Se argumenta que se asiste a reuniones de mejora continua para avanzar, pero la cobertura de estas no llega hasta la necesidad de modernizar estructuras y funciones.

Es cierto que esas reuniones se mencionan en la información de las instituciones públicas en los medios porque son importantes, y sí lo son, pero no resuelven del todo el problema.

Sí existe la necesidad de que el país, en sus estados y municipios, crezca económicamente para alcanzar la prosperidad, un estado antiguo y obsoleto no hará posible cumplir el objetivo.

Así como la sociedad mundial está cambiando con los avances tecnológicos, las dependencias oficiales mexicanas deben modernizarse para estar a la altura de lo que se quiere lograr.

El Gobierno en sus tres niveles no sólo debe cambiar el presupuesto cada año, sino también modernizar la funcionalidad de sus dependencias, y no únicamente sumar más personas.

Si se quiere tomar el camino más corto para llegar a una mejor economía en los estados y municipios, se debe ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo mediante la eficiencia y la eficacia.

DEL ESCRITORIO

Por lo menos hoy en día, la moneda que ha perdido posicionamiento en su valor a nivel mundial es el dólar norteamericano, debido a los aranceles impuestos a varios países y las órdenes ejecutivas de la Casa Blanca.

Algunos podrían suponer que el proyecto de la semana laboral de 40 horas sólo implica reducir el tiempo de trabajo, pero el efecto encierra muchos más factores que deben analizarse en una sociedad como la mexicana, que busca el desarrollo económico.

Los tiempos actuales propician la necesidad de plantear nuevos esquemas de producción en el sector agropecuario e industrial, considerando que las circunstancias han cambiado. Si antes se trabajaba de una manera, ahora el enfoque debe ser diferente para lo que está por venir.