El Nuevo Oscurantismo: Un Despotismo Ofuscado

La polarización política actual se nutre de etiquetas y mitos simplistas que los demagogos y populistas saben explotar

El Nuevo Oscurantismo: Un Despotismo Ofuscado

Las etiquetas de "izquierda" y "derecha" a menudo simplifican y distorsionan la complejidad de la realidad. Ortega y Gasset señaló que, adherirse rígidamente a cualquiera de estos polos, es una forma de "hemiplejía moral" y “una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil.” Savater, más diplomático, decía que no hay gente químicamente pura de izquierda o derecha, sino que tenemos componentes de ambas ideologías, ya que todas las personas cuerdas son contradictorias y sólo los fanáticos son monotemáticos.

La polarización política actual se nutre de etiquetas y mitos simplistas que los demagogos y populistas saben explotar. Sin embargo, la realidad es más compleja: ¿Cómo explicar el "capitalismo" socialista que “rescata” a las grandes corporaciones con miles de millones de fondos públicos, mientras el “comunismo” capitalista chino prospera en los mercados globales?

Para ilustrar estas incongruencias de forma más clara, examinemos hechos recientes de la historia estadounidense. Consideremos la política migratoria: las medidas más restrictivas están hoy asociadas mayormente con la "derecha", pero fue durante el Gobierno demócrata de Obama (la “izquierda”) que se alcanzó el récord actual de deportaciones (3.2 millones). Inversamente, la mayor amnistía migratoria en la historia de EE.UU. fue otorgada por el republicano Reagan.

La disciplina fiscal, bandera de la "derecha", no siempre coincide con sus mercaderes ideológicos. Si bien la deuda pública ha crecido bajo administraciones de ambos partidos, se triplicó con Reagan y creció exorbitantemente con Bush Jr. y Trump (este último elevándola del 75% al 98% del PIB). En contraste con esos tres gobiernos republicanos, la deuda relativa al PIB disminuyó durante las presidencias demócratas de Kennedy, Johnson y Clinton, siendo esta última la única en tiempos modernos que logró una reducción absoluta de la deuda.

La defensa del trabajador, la seguridad social y la protección a los más vulnerables, tradicionalmente políticas de "izquierda", tuvieron un impulsor inesperado en el republicano Nixon, quien implementó ajustes automáticos por costo de vida para la Seguridad Social e introdujo el Programa de Ingreso Suplementario de Seguridad. Fueron medidas cruciales para proteger el poder adquisitivo de los jubilados. Nixon expandió también los programas de salud pública, incrementando ampliamente el gasto en programas sociales.

Muchos otros casos ilustran las reflexiones de Ortega y Savater, cuya vigencia se siente hoy con renovada urgencia ante el panorama actual. "Izquierda" y "derecha" parecen converger en lo que Anne Applebaum denomina un peligroso "nuevo oscurantismo": la proliferación de autocracias descaradas, desprecio por la ciencia, antiintelectualismo, manipulación masiva a través de la desinformación y un negacionismo que desafía la evidencia más elemental. Todo es cuestionado por los “expertos” de TikTok: el cambio climático, la eficacia de las vacunas, los genocidios... mientras la devaluación del conocimiento alimenta la demagogia.

Recordemos el "Despotismo Ilustrado" del siglo XVIII, que buscaba la modernización bajo el control absoluto de los monarcas. Paradójicamente, buscaba instrumentalizar la razón, la ciencia y la educación para mejorar la vida de sus súbditos. Lo que emerge hoy, en cambio, es una versión más perversa: un despotismo ignorante, ofuscado, que no sólo ignora el conocimiento, sino que lo combate, celebrando la ignorancia y sofocando el debate bajo una avalancha de falsedades y odio.

El despotismo ofuscado se disfraza de defensor de los valores que destruye. El actual presidente estadounidense, quien antes de su primera administración fue grabado jactándose de manosear los genitales de participantes en concursos de belleza y ha proferido vulgares insultos contra numerosos personajes, países y opositores, sin duda encarna este fenómeno. Pero ésta era ya una tendencia global, donde tanto la “izquierda” como la “derecha” están envueltas en una guerra de "nosotros contra ellos", demonizando al adversario como amenaza existencial.

Ambos extremos desconfían de las "élites" y los "expertos". Las "élites" señaladas pueden ser el "establishment" político, los académicos, científicos, periodistas, corporaciones, o lo que convenga al mesías en turno. La deshumanización del contrario cohesiona al grupo, mientras las emociones y la identidad cultural eclipsan la evidencia. No existe ya una realidad compartida; ésta ha sido reemplazada por patrones disfuncionales y tácticas destructivas, donde los extremos se juntan.

Entretanto, gobiernos democráticos derivan hacia la autocracia, un paso corto hacia la dictadura. La erosión de las instituciones, la subyugación del legislativo, los ataques y desacatos al judicial y la desaparición de organismos autónomos señalan una tendencia global hacia este despotismo ofuscado, visible en democracias tan diversas como Hungría, India, Israel y Polonia.

Líderes mesiánicos de "izquierda" y "derecha", elegidos democráticamente para luego destruir el puente que los llevó al poder, no son novedad en nuestro continente. La sombra del nuevo oscurantismo se cierne ya sobre Norteamérica. Es hora de defender la razón y la democracia.

El doctor Castro fue consejero externo para el Gobierno Mexicano y presidente de la comisión de asuntos fronterizos del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME). Ha sido catedrático, decano y vicerrector para desarrollo internacional en Pima College de Tucson, Arizona.

rikkcs@gmail.com