Exigen cambios en seguridad

Si los gobiernos no realizan cambios en la estrategia de seguridad, 2020 será el año de mayor delincuencia y violencia para Sonora, señaló Marco Antonio Paz Pellat.

Por: Michel Inzunza


Desde hace tiempo los delitos de homicidio doloso, violencia familiar, narcomenudeo y consumo de drogas presentan un crecimiento gradual y constante en el Estado, dijo el asesor del Comité Ciudadano de Seguridad Pública en Sonora.



Al alto número de crímenes se suma la actividad delictiva que se genera en la frontera -en donde además de haber contrabando de drogas también se presenta el tráfico ilegal de personas- y el problema de trasiego en la zona serrana, dijo.



Aunque el epicentro de la violencia es Cajeme y el sur de Sonora, la situación que se vive en esta región no es diferente a la que impera en el resto de la Entidad, sólo es más grave, expresó.



Entre las causas que generan la inseguridad y el caos, dijo, está la descomposición de los cuerpos de Seguridad Municipal, los cuales necesitan una depuración y profesionalización de sus elementos.



Y es que la corrupción es un gran inconveniente del cual nadie quiere hablar, dijo, aunque es visible que al momento en que se analiza un crimen resulta que hubo participación de ex policías o policías en activo.



Para obtener resultados positivos en el combate al crimen también se requiere que haya una verdadera coordinación entre los tres niveles de Gobierno, agregó, pues aunque en teoría existe una Mesa de la Construcción de la Paz, en la práctica no hay resultados.



“Si se logran sumar las tres instancias de Gobierno en un solo frente, tendrán la capacidad suficiente en número de efectivos y armamento”, expresó.



También debe hacerse un mayor uso de la inteligencia, ya que en cada uno de los delitos que se cometen hay participación continua de personas que ya estaban dentro de las filas delictivas, mencionó.



“Si se diera seguimiento a esos delincuentes se podrían anticipar a los hechos”, añadió.



Hay que tener claro que las bandas delictivas cuentan con apoyo y recursos de carácter internacional y regional, por eso la importancia de destinar un buen presupuesto y ejercerlo de manera correcta, apuntó.



Otra de las grandes dificultades que tienen los gobiernos es el reducido número de efectivos para hacerle frente al crimen.



“Por ejemplo, en Cajeme se tiene un déficit de 400 policías municipales; en el caso de la Policía Estatal de Seguridad Pública, cuenta con 900 elementos para atender 72 municipios y a nivel federal, la Guardia Nacional debe servir a 32 estados y dos fronteras, las cuales son bastantes complicadas”, expresó.



Estos cambios deben de estar acompañados de la participación social, pues a nivel familiar todavía hay muchas situaciones que resolver, ya que desde el interior de los hogares se gestan los fenómenos de drogadicción y narcomenudeo, puntualizó.