San Pedro, conocido como el Príncipe de los Apóstoles, ocupa un lugar central en la historia del cristianismo. Su nombre aparece 182 veces en el Nuevo Testamento, destacando su importancia como discípulo predilecto y primer líder de la Iglesia. Nacido en Betsaida, junto al mar de Galilea, Pedro, cuyo nombre original era Simón, trabajaba como pescador en Cafarnaúm junto a su hermano Andrés y los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan.
La vida de Pedro dio un giro radical cuando Jesús lo llamó junto al lago de Galilea: "Seguidme, y os haré pescadores de hombres" (Mateo 4,19). Sin dudarlo, dejó sus redes y lo siguió. Poco después, presenció el primer milagro de Jesús en su propia casa; la curación de su suegra. Este fue solo el inicio de una serie de prodigios que Pedro vería durante los tres años del ministerio de Cristo, consolidando su fe y su misión.
LA PIEDRA SOBRE LA QUE SE EDIFICÓ LA IGLESIA
Jesucristo es el fundamento espiritual de la Iglesia, pero quiso que esta tuviera también un cimiento visible, Pedro. "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mateo 16,18). Esta promesa lo consolidó, como el primer Papa, un rol que sus sucesores han mantenido hasta hoy.
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Pedro fue obispo de Antioquía antes de establecerse en Roma, donde enfrentó el martirio bajo el emperador Nerón, alrededor del año 67 d.C. Según la tradición, pidió ser crucificado boca abajo por no sentirse digno como su Señor. Sus restos descansan bajo el altar mayor de la Basílica de San Pedro, confirmado por excavaciones arqueológicas y anunciado por Pío XII en 1950.
San Pedro no solo fue un apóstol, sino un símbolo de fe. Su vida sigue inspirando a millones, recordándonos que, incluso desde la humildad de un pescador, Dios puede construir algo eterno.
SANTOS QUE CELEBRAN SU DÍA HOY:
- San Casio
- Santa Emma
- San Siro
