¿Alguna vez te has sentido como si estuvieras en una película, viendo todo a tu alrededor sin poder reaccionar? Es un sentimiento extraño y a veces abrumador, especialmente en momentos de profunda tristeza como un funeral. Quizás te has juzgado por no llorar, pensando que "algo está mal contigo" o que "no estás sintiendo suficiente dolor". Pero hay algo importante que enmarcar; la falta de lágrimas no es un medidor de tu amor o de tu tristeza. El duelo es un proceso increíblemente complejo y personal, y la psicología nos da pistas fascinantes sobre por qué nuestra mente y nuestro cuerpo reaccionan de formas tan inesperadas.
EL ESCUDO PROTECTOR DE NUESTRA PSIQUE
Es casi un instinto. Cuando una pérdida es demasiado grande, nuestra mente activa un "mecanismo de defensa". La psicóloga Rachel Bradley, de Mindset Solutions Counselling, lo explica como un "entumecimiento emocional" o un estado de shock. Es como si el cerebro dijera: "Esto es demasiado. Vamos a ponerle pausa a las emociones por un momento para poder seguir adelante". Este bloqueo inicial nos permite, por ejemplo, organizar los servicios o apoyar a otros, sin colapsar. Es una respuesta de supervivencia.
Además, el duelo a menudo no sigue un horario. Es lo que los expertos llaman "duelo diferido". Tal vez no lloraste en el funeral, pero de repente, semanas o meses después, mientras escuchas una canción o ves una foto, las lágrimas llegan. Y no sabes por qué. Es como si el dolor, que se había quedado esperando en una sala de espera, finalmente encontrara un momento para salir. Esta es una reacción completamente normal y un recordatorio de que cada persona procesa la tristeza a su propio ritmo.
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LA PESADA CARGA DE LAS EXPECTATIVAS Y LAS HERIDAS DEL PASADO
No podemos ignorar la influencia de la sociedad. ¿Cuántas veces hemos escuchado frases como "los hombres no lloran"? Clarity Clinic, en un artículo de octubre de 2024, señala que hemos sido socializados para ver las lágrimas como un signo de debilidad. Esta norma cultural puede ejercer una presión enorme, llevándonos a reprimir nuestras emociones incluso cuando el corazón está roto. Es el deseo de proyectar una imagen, de "estar bien" o de mantener el control, de no "alterar" a los demás.

A un nivel más profundo, la desconexión emocional puede estar arraigada en experiencias pasadas. Personas que han vivido traumas en su vida pueden haber aprendido a "desconectarse de sentir" para protegerse. Un usuario de Reddit lo expresó de una manera muy honesta: "Mi cuerpo respondió sintonizando, no estar presente con las emociones". Esta respuesta, aunque dolorosa, es un mecanismo de supervivencia aprendido. Es una manifestación de que, en algún momento, el dolor fue tan grande que la única forma de seguir fue no sentirlo.
EL DUELO NO ES UNA COMPETENCIA DE LÁGRIMAS
La falta de lágrimas en un funeral no es una prueba de la ausencia de dolor. Es simplemente una manifestación diferente de este proceso. Como lo menciona la psicóloga Rachel Bradley, el duelo puede expresarse en el silencio, en el agotamiento físico o en pensamientos recurrentes. Un estudio de Hesdorffer DC, Vingerhoets AJJM, Trimble MR. llamado, Social and psychological consequences of not crying: possible associations with psychopathology and therapeutic relevance. CNS Spectr. 2018 Dec;23; encontró que las personas que no lloran tanto, reportan una menor conexión con otros, pero su bienestar general no es necesariamente peor, lo que subraya la complejidad y la naturaleza individualizada de esta experiencia.
Recordemos, no hay una "forma correcta" de vivir el duelo. Si una persona, no llora en un funeral, es completamente válido. El dolor es real, y se está procesando a su propia manera.