Es el órgano más grande del cuerpo humano, por lo que mantenerlo en óptimas condiciones no debería ser una carga, sino un hábito diario, de alimentación y nutrición, que no es lo mismo.
Sin embargo, cuando el bolsillo está escaso, existen posibilidades económicas que nos permiten nutrir el organismo, pero también la piel, que puede verse afectada por múltiples factores, entre ellos la falta de humedad o resequedad, que es ese picor y comezón, que al rascarse deja líneas blanquecinas.

Así las cosas, y tratando de darte alternativas que no impacten en tu bolsillo, te compartimos tres alimentos que ayudan a evitar la resequedad de la piel.
- Frutas y verduras: debes procurar aquellos que contengan mucha agua, como la sandía, el melón, el pepino, las fresas, los tomates y las espinacas, ya que ayudan a hidratar la piel desde adentro.
- Grasas saludables: Es importantísimo que consumas alimentos ricos en estos lípidos; el aguacate, los frutos secos (almendras, nueces, avellanas), las semillas (chía, lino) y el aceite de oliva contienen ácidos grasos esenciales que ayudan a fortalecer la barrera de la piel y mantenerla hidratada.
- Pescado: Aunque el salmón es idóneo para la nutrición de la piel, el atún y la sardina son económicos y ricos en ácidos grasos omega-3, que ayudan a hidratar la piel y reducir la inflamación.
Y no olvides las vitaminas, como la A (yema de huevo, lácteos enteros, zanahoria, calabaza y frutos amarillos), que ayuda a la renovación celular de la piel; vitamina C (cítricos, fresas, kiwi, coliflor y vegetales de hojas verdes), ya que es un antioxidante que ayuda a proteger la piel de los daños, y la vitamina E (frutos secos, semillas, aceites vegetales y espinacas), es un potente antioxidante que ayuda a proteger la piel de los daños.

También existen frutos como arándanos, pimientos rojos, tomates y té verde ricos en antioxidantes que ayudan a proteger la piel del daño celular causado por los radicales libres.
Aunque la alimentación es fundamental para mantener una piel hermosa y saludable, no olvides algo que es fundamental: beber suficiente agua; además, evita la exposición prolongada al sol, pues puede dañar la piel y provocar resequedad.
Usa productos de cuidado de la piel hidratantes, como cremas y lociones que ayuden a retener la humedad y evita las duchas y baños muy calientes, ya que esta suele resecar la piel.
Finalmente, emplea un humidificador, pues el aire seco reseca la piel y este aparatito te ayuda a añadir humedad al ambiente.