Mientras el caos se apoderaba de la península rusa de Kamchatka tras un terremoto de magnitud 8.8, uno de los más intensos registrados en lo que va del siglo, un equipo médico se convirtió inesperadamente en símbolo de valentía y compromiso profesional.
VIDEO DE MÉDICOS EN EL QUIRÓFANO SORPRENDE AL MUNDO
En un quirófano de Petropavlovsk-Kamchatsky, los cirujanos se encontraban realizando una intervención cuando el sismo comenzó a sacudir violentamente las instalaciones.
A pesar del estruendo, el temblor de muros y el evidente riesgo, los médicos se rehusaron a abandonar su labor.
Las imágenes captadas por una cámara de seguridad muestran cómo, en plena sacudida, los doctores se mantuvieron serenos, concentrados y decididos a terminar la cirugía.
El video se viralizó rápidamente en redes sociales, convirtiéndose en un testimonio gráfico del temple humano ante la adversidad, pues puede verse cómo las lámparas oscilan y algunos equipos médicos se desplazan por el suelo, mientras el personal permanece enfocado en el paciente, sin ceder ante el miedo.
Oleg Melnikov, ministro regional de Salud, confirmó el acto heroico y destacó que el procedimiento concluyó con éxito:
"Pese al riesgo, los médicos no abandonaron al paciente y lograron completar la operación. El paciente está fuera de peligro". Su declaración ha sido replicada en medios de todo el mundo, provocando una ola de reconocimiento y respeto hacia el equipo.
EL SEGUNDO SISMO MÁS FUERTE DEL SIGLO XXI
El sismo, cuyo epicentro se ubicó a 161 kilómetros de la ciudad y a una profundidad de 32 kilómetros, ha sido catalogado como el segundo más fuerte del siglo XXI, solo detrás del de Tohoku, Japón, en 2011.
El evento liberó una energía colosal, generando un tsunami que ha alcanzado varias costas del Pacífico, y provocando al menos trece réplicas en la primera hora.
Mientras las autoridades de diversas naciones se mantienen en alerta, el mundo entero aplaude a este grupo de médicos rusos que, en medio de uno de los momentos más críticos imaginables, no dudaron en anteponer su vocación y humanidad por encima de todo.