El arte detrás de las rejas

En México hay un estimado de 800 niños, menores de seis años, que han na­cido en cárceles o han llegado a muy tempra­na edad. En estos si­tios existen guarderías para los hijos de las reclusas; sin embargo, los recursos con los que cuentan estos centros de desarrollo infantil son limitados, por lo que la artista Ana Fenoll Castillo, con apoyo de la asociación Reinserta y la galería Baga 06, bus­ca recaudar fondos para mejorar su calidad de vida a través del arte.


“El Arte Detrás de las Rejas” es una ex­posición con 14 obras realizadas por niños que viven en Centro Fe­menil de Readaptación Social de Santa Martha Acatitla.



Las piezas fueron in­tervenidas por pintores y escultores, como Jor­ge Cejudo, Lorena Sie­rra, Andrés Palomar, Pablo Benllure, Carlos Coss, entre otros, quie­nes se comprometieron con la causa a través de su trabajo y le dieron una ejecución técnica a las obras de los niños.



Esta iniciativa artís­tica nació de la inquie­tud de Ana Fenoll Cas­tillo, una joven de 19 años que se interesó por mejorar las condiciones de vida de los llama­dos “niños invisibles”, mediante un curso de arte-terapia.



“Cuando me di cuen­ta de que había mu­chos niños que estaban naciendo y creciendo dentro de las cárceles, decidí hacer algo para apoyar, mejorar sus días y la manera idónea que encontré fue el arte terapia”, aseguró.



Durante seis meses, Fenoll impartió la tera­pia a los menores, con la intención de utilizar el arte como una vía para tratar miedos, bloqueos personales, traumas del pasado, entre otros trastornos que común­mente se generan en los pequeños que han tenido estímulos muy distintos a los de los infantes que viven en libertad.



Fenoll aseguró que las condiciones dentro de las cárceles son di­fíciles, pero las madres encuentran un motivo de seguir adelante en sus pequeños: “Mi ex­periencia en la cárcel fue muy conmovedora. Jamás en mi vida ha­bía ido a una y creía que iba a ser un lugar aterrador, pero a pesar de que el ambiente es muy pesado, me reci­bieron muy bien y fui a conocer el Centro de Estudios Infantil, don­de trabajé el arte te­rapia con pequeños de tres a cinco años”.



UNA TAREA DIFÍCIL

Fenoll afirmó que inducir a los infantes fue un reto, pues la mayoría se negaba a participar en las acti­vidades artísticas: “Al inicio fue muy difícil, pues la mayoría de los niños tenía conductas muy violentas. Algunos guardan mucho rencor a sus madres por tener­los ahí, pues ellos están conscientes de su con­dición, y creo que éste es el principal motivo por el cual se negaban rotundamente a pintar, pero mientras pasaban las sesiones lograron canalizar más sus sen­timientos y plasmarlos en el arte”, aseveró.



“El Arte Detrás de las Rejas” es un proyec­to altruista que une al público espectador con la vida dentro de estos espacios de readapta­ción social, el arte con causa contribuye a los programas que dan una vida más sana, con mayor esperanza, más arte y menos violencia a los infantes que ha­bitan entre esas grises paredes.