Explicó que el 1 de agosto tuvo una caída en su casa, lo que le provocó una fractura en la pierna derecha.
Hasta la fecha, don Lucio permanece internado en espera de donadores de sangre para que pueda ser intervenido.
Ocupa pañales para adultos y una silla de ruedas para cuando sea dado de alta, algo que está lejos de las posibilidades económicas de sus hermanos, que lo cuidan y están al pendiente de él.
Cumplió 62 años de edad el 7 de agosto, acontecimiento que vivió en el nosocomio envuelto en un entorno poco cálido, pero su semblante alegre y sus ojos con tono blanco reflejan la bondad y alegría que lo caracterizan.
Por ahora el centro comercial está sin personaje emblemático, donde ha entonado melodías por más de tres décadas, algo que desea seguir haciendo, porque lo mantiene con ánimo de afrontar su día a día.
Quienes deseen ayudar pueden acudir al Hospital General; don Lucio está internado en la cama 215.
Así, un hombre noble, que nació con ceguera, espera la colaboración de la ciudadanía para ser operado de su pierna y regresar a su casa en Cócorit, con miras a recuperarse para volver al que ha sido su escenario por más de 30 años y a donde las generaciones que han acudido se han contagiado con su imagen, que despierta ternura.
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