Desánimo, insomnio, estrés postraumático y falta apetito, son algunas de las manifestaciones de quienes viven violencia intrafamiliar, comentó Hilda María de Hoyos Sánchez, coordinadora del Programa Estatal de Prevención y Atención de Violencia Familiar, Sexual y de Género.

Explicó que la persona violentada debe analizar el contexto de agresión a la que está sujeta para posteriormente llegar a acuerdos con el resto de los integrantes del núcleo familia.
Comentó que la persona puede salir a buscar ayuda psicológica y legal gratuita ante las diversas dependencias de Gobierno, como la Secretaría de las Mujeres, Atención a Víctimas e incluso dentro de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE).
“No es tu culpa estar en esta situación de violencia. Lo que es parte de tu responsabilidad es buscar quien te pueda apoyar, no todo está en las manos de una persona”, comentó.
De Hoyos Sánchez, explicó que la violencia no solo es hacia la pareja, sino que también en algunos casos se ejerce hacia los hijos, adultos mayores (abuelos), padres, madres, entre otros vínculos consanguíneos que vivan dentro de una misma casa.
Además de la agresión física, dijo que también existe el abuso sexual y emocional, por lo que para cada caso toman acciones de atención diferente.
Dio a conocer que algunas de la violencia hacia los hijos es hablarles con palabras altisonantes o referirles los alimentos que consumen, tras no aportar económicamente (pese a ser menores de edad).
“Dentro de las familias hay jerarquías, hay quienes tienen cierto grado de responsabilidad, cierto poder implicar cierta responsabilidad, y eso implica que las personas reconozcan lo que le toca a cada quien”, concluyó.
Antes de querer ayudar a una persona que sufre por violencia, Hilda María, recomendó analizar el contexto de la situación para saber su proceder o a qué dependencia hablar como DIF, Secretaría de las Mujeres, entre otras.