El baile no solo es arte y diversión; también es una herramienta poderosa para mejorar tu bienestar físico, emocional y mental
Por: César Leyva
Desde tiempos ancestrales, bailar ha sido una forma de expresión cultural, espiritual y social. Hoy, la ciencia respalda lo que muchas culturas sabían intuitivamente: moverse al ritmo de la música es beneficioso para el cuerpo y la mente.
Estudios recientes realizados por universidades de Europa, como Radboud (Países Bajos) y Surrey (Reino Unido), han demostrado que bailar reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y fortalece funciones cognitivas.
Según los investigadores, la danza activa neurotransmisores como la dopamina, serotonina y endorfinas, los cuales están directamente asociados con sensaciones de placer y bienestar.
FOMENTA CONEXIÓN SOCIAL Y COMUNICACIÓN
La maestra Angélica Larios Delgado, de la Facultad de Psicología de la UNAM, subraya que el baile es una práctica accesible para todos. No requiere experiencia previa y puede realizarse de forma espontánea o guiada, en solitario o en grupo.
Además, fomenta la conexión social, la empatía y la comunicación, lo que lo convierte en una excelente actividad para adultos mayores y personas en búsqueda de vínculos afectivos.
TIENE UN POSITIVO PAPEL PSICOLÓGICO
Desde el punto de vista físico, bailar mejora la condición cardiovascular, fortalece músculos y articulaciones, y combate el sedentarismo. Pero también cumple un papel fundamental en la salud emocional: ayuda a liberar tensiones, promueve la autoestima y contribuye a mantener el equilibrio psicológico.
“El baile genera beneficios profundos y comprobables”, señala Larios Delgado. “No solo mejora el estado de ánimo, también reduce la ansiedad y nos ayuda a reconectar con nosotros mismos”.
Incorporar el baile en la rutina diaria, en programas laborales o actividades comunitarias es una forma sencilla y placentera de cuidar cuerpo y mente. Así que, la próxima vez que escuches tu canción favorita, no lo pienses demasiado, ponte a bailar y disfruta.