Santoral de hoy, 7 de agosto: San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, el santo de la Providencia

Este santo es símbolo de esperanza para quienes buscan trabajo y sustento, y su memoria vive en cada oración de agradecimiento y ayuda

Por: Ofelia Fierros

Cada 7 de agosto, el santoral de la Iglesia Católica celebra a San Cayetano de Thiene, quien fue reconocido como el patrono del pan y del trabajo. En este día, los fieles recuerdan a este santo italiano, conocido también como el "santo de la Providencia", por su vida dedicada a la fe, el servicio a los más necesitados y la reforma de la Iglesia en tiempos de grandes cambios sociales y religiosos.

UN HOMBRE DE FE Y COMPROMISO SOCIAL

San Cayetano nació el 1 de octubre de 1480 en Vicenza, Italia, y desde joven mostró una profunda vocación religiosa. Tras obtener un doble doctorado en derecho civil y canónico en la Universidad de Padua, Cayetano se trasladó a Roma, donde inicialmente sirvió como protonotario apostólico del Papa Julio II. Sin embargo, tras la muerte de este pontífice en 1513, Cayetano dejó la vida cortesana y se dedicó a la preparación para el sacerdocio, siendo ordenado unos años después a los 35 años.

Durante este tiempo, fundó el Oratorio del Amor Divino en 1516, una institución que convocaba a clérigos y laicos para fortalecer la vida de oración y fraternidad dentro de la Iglesia. A través de su dedicación al bienestar de los más necesitados, especialmente a los enfermos y huérfanos, San Cayetano se ganó el apodo de "santo de la Providencia", ya que siempre confiaba en la intervención divina para proveer lo necesario para los más vulnerables.

EL SANTO DE LOS POBRES Y LOS NECESITADOS

San Cayetano no solo se preocupó por la vida espiritual de los fieles, sino que también se dedicó a la creación de hospitales para los enfermos incurables, especialmente en ciudades como Verona, Vicenza y Venecia, donde atendió a aquellos afectados por la sífilis. En Nápoles, fundó más hospicios y, junto al Beato Juan Marinoni, creó los Montes de Piedad, una organización para ayudar a los pobres y combatir la usura, precursora de lo que hoy es el Banco de Nápoles.

El Papa Francisco también destacó que, como en la vida de San Cayetano, los cristianos deben vivir en una constante disposición para ayudar a los más necesitados, especialmente en tiempos de adversidad. Para muchos, el santo representa la fe en la providencia divina y la esperanza de que, a través del trabajo y la oración, se puede encontrar sustento tanto material como espiritual.

UNA VIDA DE SENCILLEZ Y SERVICIO

San Cayetano vivió su vida con una profunda sencillez y dedicación. En sus últimos días, enfermo y debilitado, recordó las palabras de su Salvador y pidió morir sobre un madero, como Jesús lo hizo en la cruz. Hoy, su legado sigue vivo tanto en la Iglesia como en el corazón de miles de devotos que continúan su misión de trabajar por los más necesitados, sin dejar de confiar en la Providencia divina.