¿Qué es el terror analógico? El nuevo género que se apoderó de los videojuegos

Basta una cámara antigua, una televisión con interferencias y una atmósfera enrarecida para sumergir al jugador en una experiencia escalofriante

Por: Brayam Chávez

En medio de una industria de videojuegos que apuesta cada vez más por el realismo extremo y los gráficos de última generación, ha surgido una tendencia que ha cautivado a los amantes del horror por su enfoque completamente opuesto.

El terror analógico se ha convertido en una corriente dentro del género independiente que demuestra que no se necesitan grandes recursos para provocar miedo. Basta una cámara antigua, una televisión con interferencias y una atmósfera enrarecida para sumergir al jugador en una experiencia escalofriante.

EL HORROR QUE SE SIENTE FAMILIAR

A diferencia del terror clásico lleno de monstruos y sangre, el terror analógico encuentra su fuerza en lo cotidiano. Es un tipo de miedo que nace de lo familiar, pero distorsionado. Juegos como ‘No, I’m not a Human’ o ‘Deadcam’ exploran esta estética con un enfoque perturbador, jugando con entornos conocidos que de pronto se sienten equivocados.

Pequeños detalles visuales o sonoros generan una incomodidad constante: pantallas borrosas, interferencias y voces distorsionadas que no terminan de encajar del todo.

El nombre de este subgénero no es casualidad. El terror analógico se basa en medios que marcaron la era previa a lo digital: cintas VHS, grabadoras de audio, televisores de tubo y cámaras de seguridad noventeras. En estos juegos, las fallas técnicas no son errores; son parte esencial del relato. Todo lo que antes se consideraba obsoleto se convierte ahora en un recurso para contar historias inquietantes.

Este estilo se aleja por completo de los estándares modernos de hiperrealismo. En cambio, recupera el look de consolas antiguas, con gráficos pixelados, bordes mal definidos y un grano visual que incomoda. Todo ello construye una atmósfera que hace que el jugador se sienta fuera de lugar, incluso cuando lo que está viendo es una simple habitación.

EL INTERNET Y LOS ORÍGENES DEL MIEDO DIGITAL

Aunque hoy en día el terror analógico ha encontrado un lugar en los videojuegos, su historia se remonta a los primeros años del internet. Producciones como Marble Hornets o fenómenos virales como Slenderman marcaron una generación que se aterrorizó con videos caseros, relatos inconclusos y archivos supuestamente encontrados al azar.

En este universo, el miedo no proviene de una amenaza visible, sino de lo inexplicable. Los entornos que parecen normales —como una gasolinera vacía o una oficina al anochecer— se transforman en escenarios inquietantes por el simple hecho de presentar un elemento fuera de lugar. El silencio, las pausas y los detalles sutiles son clave en esta narrativa.

CUANDO EL HORROR DESPIERTA RECUERDOS

Una de las razones por las que el terror analógico resulta tan efectivo es su carga emocional. Al evocar la estética de los años 80 y 90, despierta recuerdos de la infancia o la adolescencia de muchos jugadores.

Esa nostalgia combinada con elementos de distorsión crea una sensación de vulnerabilidad única. Todo parece normal… hasta que deja de serlo.

Títulos como los de Chilla’s Art llevan este enfoque al extremo, mostrando escenarios como cafeterías nocturnas o estaciones de servicio donde todo parece rutinario, pero algo no encaja. El miedo aparece sin necesidad de monstruos ni gritos: una figura en el fondo, una mirada que dura un segundo más de lo debido o una voz que no debería estar allí.