El esfuerzo fue bien recibido por los asistentes, quienes valoraron la atención al detalle y el guiño a uno de los videojuegos más populares del mundo
Por: Brayam Chávez
En un intento por conectar con la cultura pop de una forma creativa, una cadena de comida estadounidense llamada Smokin J’s BBQ decidió llevar su pasión por los videojuegos al siguiente nivel. Durante la Comic-Con de San Diego en 2022, convirtieron su restaurante en una réplica casi perfecta del icónico Cluckin’ Bell, el restaurante ficticio de la saga Grand Theft Auto.
El equipo fue más allá del simple cartel: los uniformes, el menú e incluso la ambientación estaban pensados para que los visitantes se sintieran dentro del universo de GTA.
El esfuerzo fue bien recibido por los asistentes, quienes valoraron la atención al detalle y el guiño a uno de los videojuegos más populares del mundo.
LA REACCIÓN DE ROCKSTAR
Animados por el éxito del evento de 2022, Smokin J’s BBQ tenía planeado repetir la experiencia en la Comic-Con del año siguiente. Esta vez, pensaban lanzar un restaurante temporal basado en otro local ficticio del videojuego: Burger Shot.
Sin embargo, sus planes se vieron truncados cuando recibieron una carta de cese y desista por parte de los abogados de Take-Two Interactive, la compañía matriz de Rockstar Games.
El aviso legal les exigía que dejaran de usar cualquier marca o referencia a Grand Theft Auto, incluso si era solo por un evento de corta duración. Así lo explicaron representantes de la cadena al medio RockstarIntel:
“Anoche recibimos una carta de Cese y Desista de la compañía legal que representa a Take-Two Interactive. En respuesta, hemos visto forzados a cancelar el evento Burger Shot previsto para este fin de semana [en la Comic Con]”.
UN CAMBIO DE NOMBRE CON TOQUE DE HUMOR
A pesar del revés, Smokin J’s no se rindió del todo. Decidieron seguir con la idea, pero bajo un nuevo concepto que no infringiera los derechos de autor.
Así nació “Dont Cluckin Tell”, un restaurante ficticio con un nombre que juega con el humor y el estilo irreverente del juego, pero sin hacer uso directo de marcas registradas por Rockstar.
Este tipo de iniciativas suelen ser bien vistas por los fans, quienes disfrutan ver cómo sus videojuegos favoritos cobran vida en el mundo real. No obstante, desde el punto de vista legal, usar marcas ficticias con fines comerciales puede representar un problema para las compañías que buscan proteger su propiedad intelectual.
En el caso de Take-Two, existe el temor de que una mala experiencia en uno de estos restaurantes pueda dañar la reputación de la franquicia. Además, se abre la puerta a que otros intenten hacer lo mismo sin control.