Por: Eduardo Sánchez
Personal de la dependencia federal de esta zona, que prefirió omitir su nombre –"porque aquí nadie declara a los medios, si antes no lo autoriza Comunicación Social de Hermosillo"–, reconoció que es una realidad la paulatina desaparición de pitahaya, jito, sahuaro y muchas otras especies, como publicó el sábado DIARIO DEL YAQUI.
Reveló que cada semana se reciben de tres a cuatro denuncias sobre deforestación, a las que se da seguimiento y se turnan a la Profepa estatal, para la aplicación de las sanciones correspondientes.
Sin embargo, admitió que no hay personal suficiente para llevar a cabo las inspecciones adecuadas y deseables en las miles de hectáreas que comprenden uno de los bosques de pitahayas más densos del mundo.
CASTIGO DE HASTA 9 AÑOS DE PRISIÓN
Indicó que, de acuerdo con la Ley de Equilibrio Ecológico, las sanciones, multas o castigos varían, y la más alta es de hasta nueve años de prisión a quien se demuestre que incurrió en daños a especies protegidas, como las mencionadas, con el propósito de comercializarlas.
En cuanto a las causas de la deforestación, señaló que una de las principales es la pobreza y la necesidad de la gente, que busca sacar carbón, leña, vara blanca, para vender y obtener recursos para mejorar su economía familiar.
?Pero el problema empezó cuando, con el fin de apoyar a la gente de los ejidos del sur, con agricultura y empleo, se expidieron muchos permisos de siembra, pero a la par esto trajo consigo daños a la ecología por el desmonte sin freno que hubo?, explicó.
Cabe mencionar que se intentó entrevistar al titular de la Profepa y al jefe de Comunicación Social, pero no fue posible localizarlos.