Por: Eduardo Sánchez
La organización PODER presentó el caso de la nueva presa de jales que construye Grupo México en Sonora al Grupo de Trabajo de la ONU de Derechos Humanos y Empresas, le alertaron sobre los riesgos que representa para la comunidad de Bacanuchi y sobre los pocos avances de su situación a cinco años del peor desastre ambiental registrado en México.
“Nos reunimos con el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Derechos Humanos y Empresas para exponerles el caso de la nueva presa de jales que construye Grupo México en Sonora y los riesgos que tiene para los habitantes de la zona”, reveló a Proceso Ivette González de PODER.
González comentó que en una reunión celebrada en Ginebra con el Grupo de Trabajo de la ONU alertaron que a pesar del derrame ocurrido en agosto de 2014 en que los ríos Sonora y Bacanuchi fueron contaminados con 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulado, la misma empresa construye otra presa de jales en la misma zona en total opacidad y sin haber resuelto las asignaturas pendientes con la comunidad afectada.
Según el cálculo de PODER, asociación civil que ha asesorado a los damnificados en los procesos legales contra Grupo México ante la Suprema Corte de Justicia en la Nación, el pueblo de Bacanuchi cabe 178 veces en la superficie de la nueva presa, lo que significa un riesgo mayúsculo para los habitantes río abajo.
La cita de PODER con el grupo de expertos de la ONU tuvo lugar en el marco del Foro de Empresas y Derechos Humanos que se llevó a cabo hacia finales del año en la ciudad helvética.