Consideran mínima migración de guarijíos

Por: Eduardo Sánchez

Sí han emigrado guarijíos a otros municipios del Estado, como Etchojoa, “pero es mínimo”, dijo el coordinador regional del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), Secundino Amarillas Valenzuela.


Por: Raúl Armenta Rincón

“La emigración de esta tribu, la cual tiene su asiento en el Municipio de Álamos, no es alarmante, tomando en cuenta que se trata de alrededor de 60 personas, de una población total de tres mil”, señaló el funcionario federal.


“Y estas personas que han llegado a dos colonias de Etchojoa, lo hicieron través de los últimos 15 o 20 años, pero ocurrió recientemente el caso de la niña con hidrocefalia, vinieron familiares de ella y, en fin, las cosas se magnificaron”, agregó.

Amarillas Valenzuela afirmó que el INPI siempre está pendiente de los guarijíos asentados en Etchojoa, quienes laboran en campos agrícolas, ladrilleras y tiendas comerciales.

“Ellos decidieron dejar sus lugares de origen en busca de mejores oportunidades de empleo y educación, además de servicios de salud”.

Indicó que, además de Etchojoa, algunos guarijíos buscan trabajo temporalmente en la Costa de Hermosillo y en otras zonas de la Entidad, pero dijo desconocer en qué número.

“Pero la migración es baja, pues, aunque ciertamente este grupo étnico tiene muchas necesidades, lo que los desalienta a salir es que generalmente estos indígenas son objeto de discriminación”, añadió.

La tribu guarijío está distribuida en las comunidades de Guajaray, Bavíacora, Mesa Colorada, Burapaco, Rancho Nuevo, Los Estrados, Los Bajíos, Makurawe, entre poblados de Álamos.

“ESTAMOS MEJOR AQUÍ QUE ALLÁ”: GUARIJÍOS

La señora Bernardina Buitimea, una de las personas que emigraron, señaló que son alrededor de 100 guarijíos los que se han asentado en Etchojoa, específicamente en las colonias Olegario Carrillo y Salvador Valenzuela.

Viven en casas de cartón y hule negro, “pero estamos mejor aquí que allá”, dijo al referirse la comunidad de Rancho Nuevo, ubicada a 70 kilómetros de la cabecera municipal de Álamos, donde existen graves problemas de falta de alimento, trabajo, atención a la salud y otros servicios.

“Allá no hay nada, no tenemos nada. Es muy triste vivir así y por eso nos vinimos hace tiempo a Etchojoa, donde encontramos trabajo”, dijo Bernardina, quien es madre soltera y sostiene a tres hijos.

“Y sí queremos volver algún día a nuestro pueblo, de allá somos, pero mientras siga olvidado no vamos a regresar”, manifestó.