Por: Eduardo Sánchez
Pedro Díaz Félix detalló que en julio y agosto las comidas tienden a echarse a perder más rápido, ya que son los meses en los hace que más calor, lo que acelera el tiempo de descomposición.
“Lo que se licúa tiende a descomponerse más rápido; por ejemplo, las salsas, si las preparas en la mañana, si las dejamos en temperatura ambiente en el verano, para la tarde están echadas a perder”, expresó.
Díaz Félix agregó que alimentos comunes, como carnes y tortillas, pueden durar hasta 24 horas a la intemperie, sin que se descompongan sus nutrientes, mientras que la leche sólo puede permanecer cuatro horas, ya que a partir de ese lapso empieza a caducar.
“Mucha gente no se da cuenta de esto y es por eso que los padecimientos gastrointestinales se hacen presentes. Las bacterias que hay la comida echada a perder son las principales causantes de malestares estomacales”, comentó.
Recomendó a la ciudadanía a que tome las medidas necesarias para la conservación de alimentos y evitar enfermedades, las cuales en el verano se convierten en una fuente de padecimientos en la población.
“Hay que tener mucho cuidado con los alimentos y el calor. Son fechas en las que no nos podemos confiar y debemos actuar precavidamente para no vernos afectados por enfermedades derivados de estos factores”, puntualizó.