Procuraduría de Derechos Humanos en Guanajuato inicia investigación contra la dependencia, por el caso de revictimización
Por: Edel Osuna
Debido a un error cometido por la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guanajuato, una madre deberá desenterrar a su hija, ya que a que los restos que le entregaron estarían mezclados con los de, al menos, cuatro personas más.
A raíz de ello, la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (Prodheg) inició una queja oficiosa contra la FGE.
La afectada es la señora Teresa Marmolejo López, madre de Dulce Alejandra, una mujer que desapareció el 16 de julio de 2020 y cuyo cadáver fue encontrado cuatro días después, y sus restos fueron entregados a su familia el 29 de agosto del mismo año.
De acuerdo con un medio de circulación nacional, la queja fue tomada el jueves 17 de julio y quedó registrada bajo el número de expediente 1684/2025, luego de que la madre de la víctima hiciera denuncia pública del caso.
Demanda que la Fiscalía de Guanajuato cumpla con los protocolos, a fin de que se presenten más casos de revictimización.
Al respecto, la madre de Dulce Alejandra explicó que, vía telefónica, personal de la Fiscalía le informó que debían exhumar los restos de su hija, los cuales fueron enterrados hace cinco años.
Le informaron que la caja que contenía los restos de Dulce Alejandra llevaba mezclados los de cuatro personas más, dos mujeres y dos hombres, y que los correctos serían entregados en tres meses; por ello, la Prodheg tomó la queja e inició una averiguación.
EL HALLAZGO DE DULCE ALEJANDRA
El 16 de julio de 2020, Dulce Alejandra fue vista con vida por última vez; se supo que fue privada de la libertad y sus restos hallados cuatro días después.
Los padres de la fallecida interpusieron denuncia por desaparición; el 20 de julio de ese mismo año, los restos de una fémina fueron encontrados en la región Laja-Bajío; debido a ello, Teresa Marmolejo acudió a realizarse pruebas de ADN, y coincidió; sin embargo, no la vio físicamente, sino que le reconoció a través de fotografías de las manos y las muñecas, ya que su hija había sido decapitada.
El 29 de agosto, el cuerpo de Dulce Alejandra fue entregado a sus deudos, quienes le sepultaron el 31 de agosto; sin embargo, explicó la señora, no se le permitió abrir el féretro.
A cinco años de ese doloroso trance, hoy Teresa Marmolejo se enfrenta a la revictimización de su hija y a la incompetencia de las autoridades periciales, por lo que deberá desenterrar los restos de su hija.
A raíz de ello, los dos huérfanos de Dulce Alejandra, así como su madre, demandarán reparación integral del daño, por el dolor sicológico y emocional causado; quien llevará su representación será la Comisión Estatal de Atención a Víctimas.