Por: Eduardo Sánchez
Aunque se pensara que es un fenómeno amenazante, en realidad su impacto en el medio ambiente es más beneficioso que perjudicial
Una enorme nube de polvo procedente del Desierto del Sahara, África, afectará a México a partir de la semana entrante, se informó.
La cantidad de polvo, aproximadamente 90 toneladas, atravesarán el Océano Atlántico y empezará a invadir el territorio nacional por la península de Yucatán.
El fenómeno no será catastrófico, sino que es sumamente benéfico, pues ayuda a genera cambios en el aire y favorece la formación de tormentas y ciclones.
Asimismo, impacta en los mares, pues permite que se libere energía dosificada para que los fenómenos climáticos no sean tan severos.
La nube de polvo está compuesta de partículas de polvo de fósforo, silicio, hierro, calcio y mercurio, entre otros elementos, que hacen que el agua marina reaccione y evita la formación de tsumanis o tornados acuáticos, pero incide en la generación de lluvias densas y hasta en fenómenos tropicales.
También impacta en la flora, al impactar favorablemente en las especies endémicas, teniendo efecto de fertilización y abono.
Asimismo, al combinarse con los rayos del sol se genera amaneceres y atardeceres majestuosos y únicos, con tonalidades radiantes en naranja y rojizo.
El polvo sahariano es un fenómeno frecuente que se origina en el norte de África y provoca tormentas veraniegas, que se expanden al Atlántico y mar Caribe, Estados Unidos y Centroamérica, además de la península yucateca.