Por: Eduardo Sánchez
El 5 de febrero de 1917 fue proclamada la Constitución mexicana que sigue vigente en nuestros días.
En México se siente a veces perdido el sentimiento de respeto y tradición a lo que fue la historia del país y muchos mexicanos no ven a México con la grandeza que se ha ganado con el paso del tiempo y en vez de ello ven las desgracias de su historia reciente o con “virtudes” que no son en realidad beneficiosas, como que los mexicanos son muy fiesteros o que comen mucho (aunque sí hay que celebrar las tradiciones del país y estar orgulloso de su extensa cocina, no debe ser pretexto para ser irresponsables).
Tampoco existe una buena fama afuera del país. Nuestros vecinos del norte nos ven como gente sin educación, algunos drogadictos y reducen nuestra comida a “taco, burrito, enchilada” a pesar de que hay una gran cantidad de mexicanos que pueden demostrar que no son así las cosas.
Muchas veces los mismos mexicanos fallamos en reconocer el talento del país y pensamos que los mexicanos nunca han sido los mejores en nada, pero el talento mexicano se ha visto reflejado en varias áreas. México ha sido casa de más de un gran boxeador, cantante, compositor, director, actor, beisbolista, futbolista, etc.
Si bien es cierto que no estamos muy bien representados en todas las áreas, no hay ninguna razón por la cual pensar que nunca lo estaremos, ni que los mexicanos son inferiores a los japoneses o los americanos.
Parte del crecimiento de un país depende del amor que su gente tenga por él, así como la esperanza y la disposición de siempre luchar por él.
Eso implica conocer y respetar a México de manera cercana, saber que la naturaleza del mexicano es la salud desde atrás, muchas veces en desventaja pero siempre luchador incansable, conocer nuestras raíces, saber de dónde venimos y a dónde queremos llevar a nuestro país.
Las mayores victorias y las más grandes fuerzas nacen de la unión entre grupos de personas y qué mejor equipo que 130 millones de mexicanos para asegurarse de preservar las virtudes de México y aspirar dar todavía más para añadir a esa lista de virtudes.
Los invito a leer y estudiar a México, un poco más allá de saber qué pasó sino también entenderlo para así también poder llegar a amarlo. Darse cuenta del significado de todo lo que nos identifica nos da un orgullo especial a una parte de nosotros que compartimos y que mucho menos que avergonzarnos debería enorgullecernos.
Podemos aprender de las victorias y derrotas que ha tenido el país y darnos cuenta de la lucha constante que hemos heredado en la búsqueda de un México mejor para todos.