Por: Eduardo Sánchez
Si bien Nueva York no ha recibido ninguna amenaza directa, precisó el gobernador, “estamos preparados y en alerta”.
La madrugada de este viernes Estados Unidos lanzó un ataque en las inmediaciones del aeropuerto de Bagdad, que culminó con la muerte del líder militar iraní QassemSoleimani. Según el presidente Donald Trump, la operación fue parte de medidas para detener una guerra y no para iniciarla.
“Anoche tomamos medidas para detener una guerra. No tomamos medidas para comenzar una guerra. Tengo un profundo respeto por el pueblo iraní. Son personas notables con una herencia increíble y un potencial ilimitado”, dijo Trump en un mensaje transmitido desde su residencia de descanso Mar-a-Lago, en Florida.
El inquilino de la Casa Blanca se refirió a Soleimani como el terrorista número uno del mundo, que tramaba “ataques inminentes y siniestros contra diplomáticos y personal militar estadounidense”. “Lo atrapamos en el acto y lo terminamos”, se jactó el republicano, al tiempo que subrayó que, bajo su liderazgo, “la política de Estados Unidos es inequívoca para los terroristas que tienen la intención de dañar a cualquier estadounidense”.
Pese al optimismo de Trump sobre la utilidad del ataque perpetrado contra el fallecido general iraní, las reacciones que éste ha generado no son homogéneas.
En Iraq, supuesto beneficiario del ataque, el jefe del Gobierno de transición, Adel Abdul Mahdi, aseveró que operaciones de ese tipo “son una grave violación de la soberanía iraquí". Una violación que, dijo, “ha incendiado la mecha de una guerra devastadora en Iraq, la región y el mundo".