Su belleza deslumbrante, enmarcada por sus ojos verdes y su melena rubia, la convirtió en la favorita, pero arrastraba un oscuro pasado
Por: Marcela Islas
Con más de un siglo de historia, se ha consolidado como uno de los eventos más importantes del país, donde la música, la danza y la alegría se entrelazan con una profunda tradición cultural, el Carnaval de Veracruz es una de las celebraciones más alegres, coloridas y emblemáticas de México.
Cada año, miles de personas participan en desfiles, conciertos, comparsas y coronaciones que hacen vibrar al puerto jarocho durante varios días.
En su edición 2025, el Carnaval de Veracruz mantiene vivo ese espíritu festivo, con grandes espectáculos musicales, artistas nacionales e internacionales y la coronación de sus reyes y reinas, quienes simbolizan la belleza y el carisma de su gente.
LA HISTORIA DE LA REINA EVANGELINA TEJERA BOSADA
Pero entre todas las historias que ha dejado esta festividad, ninguna ha sido tan trágica y oscura como la de Evangelina Tejera Bosada, quien fue coronada Reina del Carnaval en 1983, cuando apenas tenía 18 años.
Su belleza deslumbrante, enmarcada por sus ojos verdes y su melena rubia, la convirtió en la favorita de todas. Aquel 11 de febrero, el entonces gobernador Agustín Acosta Lagunes le colocó la corona. Todo parecía presagiarle un destino brillante.
Sin embargo, detrás de la imagen de cuento de hadas, Evangelina arrastraba un pasado de violencia familiar, abandono y traumas infantiles. Su vida se fue desmoronando en la adultez entre adicciones, relaciones abusivas y una desconexión emocional profunda con la realidad.
En 1989, la mujer que una vez encabezó las portadas de sociales, conmocionó al país al asesinar brutalmente a sus dos pequeños hijos, Jaime y Juan Miguel, para luego intentar incinerarlos y finalmente esconder sus restos en macetones de su departamento.
Apodada por la prensa como “La Medea de Veracruz”, fue condenada a 20 años de prisión por homicidio doloso y profanación de cadáveres.
Durante su encarcelamiento, Evangelina no abandonó su estilo de vida decadente y terminó involucrada sentimentalmente con un peligroso criminal, “El Güero Valle”, miembro de Los Zetas.
Se dice que, gracias a sus influencias, fue liberada de forma irregular en 2006, tras la muerte de su protector. Desde entonces, su paradero es desconocido.
Hoy, el Carnaval de Veracruz sigue siendo símbolo de vida, fiesta y cultura. Pero también carga con la memoria de Evangelina Tejera Bosada, un recordatorio de que incluso las historias más radiantes pueden ocultar las sombras más profundas.