No es el premio de graduarse, sino la valía de acumular nuevos conocimientos para la vida
Por: Laura Lorena Velarde Araiza
En días pasados se concretó el final del ciclo escolar y con él la emoción para muchos estudiantes de nivel preescolar hasta máster de ver consolidada su meta académica, un pase de grado o de semestre y para muchos el fin de una era escolar; es decir, la culminación de una etapa más de conocimientos para la vida concluyendo en la graduación.
El tiempo que han invertido en llegar a esta meta ha sido complejo, hay quienes lo consideraron pesado, aburrido, tedioso, cansado, obligado, costoso, lejano, y todos los adjetivos calificativos que algunos estudiantes inquietos manifiestan cuando viven esta etapa como alumnos tienen del estudio mismo y que además les agregan a algunos de sus maestros cuando se encuentran en el periodo escolar; por ejemplo: encuentran desagradable el levantarse temprano por la mañana, desayunar (cuando lo hacen) tomar el transporte o trasladarse a pie o en bicicleta, el tener que escuchar a algún profesor impartir su clase y más aún cuando no le comprenden y todavía le dejan trabajo de clase; hacer la asignación en casa o como comúnmente le conocemos como tarea escolar, el ir diariamente a clases en espera de que un día las suspendan, o tener que pagar puntualmente la colegiatura, portar el uniforme reglamentario, que para muchos no es lo mas agradable, entre otros casos; es típico que alguno de estos ejemplos alguna vez nos los hemos topado, vivido o sentido en nuestro tiempo de estudiante, aunque no se comenten o bien habrá quien sí lo haga muy valientemente.
No obstante, no todo es tan malo, tan difícil o tan eterno, es cuestión de enfoque, de cultura y consecuencia de los valores que los padres inspiren en sus hijos, o bien, en edad adulta, como es el caso de los jóvenes universitarios o aspirantes a maestría, el proyecto de vida que se quiere para ellos mismos la familia y el patrimonio que habrán de formar en el transcurso de su vida, sobre todo cuando habrá por primera vez en la familia un profesionista.
Es indudable que entre más busquemos y ejerzamos el desarrollo como seres humanos en todos los ámbitos de nuestra vida, como consecuencia mayor será la capacidad de éxito y crecimiento que obtendremos. Es por ello que debe resultarnos un desafío lleno de crecimiento, satisfacciones, nuevas experiencias, aventuras, amigos, aportaciones de energía, conjugando conocimientos y prácticas anteriores, además de grandes desafíos y al final ¿Por qué no? El premio del esfuerzo, ante la culminación de una etapa más de su conocimiento académico, “Poder vivir la emoción y deleitarse con el evento de graduarse o titularse” ante sus seres queridos y sociedad misma.
Por mencionar el primero, el acto de graduarse resulta emocionante e inolvidable para la mayoría de los que lo viven, ya sea como protagonistas o como asistentes, y es que es una tradición en las escuelas, colegios y universidades; estas reconocen con este evento el desempeño y a la vez el empeño que los graduantes han puesto para completar los requerimientos académicos que la institución educativa ha puesto como obligación, donde además se reconoce el talento académico más destacado de la generación cuando este así se lo merece, todo a base de la dedicación, el esfuerzo y desvelos que en ocasiones tuvieron que pasar para salir airosos un esfuerzo que sin duda no se olvida.
La graduación es sin duda también la culminación de una etapa en la vida, algunos amigos se quedaron en el camino y quizá más adelante continúen otros sencillamente no; otros sí concretaron su formación, un momento en donde las nostalgias, la alegría, los recuerdos y tantas emociones ese día salen a flor de piel, donde en algunas ocasiones hasta las lágrimas se hacen presentes por el logro, por la culminación o por la separación de sus amigos y compañeros, en ocasiones por el simple orgullo de haber concluido un periodo que tuvo un esfuerzo grande.
Finalmente, esta voluntad de esfuerzo, coronado con un evento protocolario de entrega de boletas, certificados, cartas de pasante o títulos, será la fortaleza que dará la herramientas, conocimientos y estrategias para salir adelante en el camino de la vida, en un mundo donde la competitividad está presente en nuestra era.
Por parte de una servidora, ***“Mil Felicidades a todos los graduantes 2025”***.
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