Septiembre

Por: Eduardo Sánchez

¿Qué les parece si hacemos que este noveno mes del año, septiembre, que recién inicia, nos “caiga como anillo al dedo” a los sonorenses, para mejorar?

Ya la pandemia ha mermado algo su intensidad; ya estamos en “semáforo amarillo”, aunque no hay que bajar la guardia y seguir con las medidas sanitaras recomendadas, pero, aprovechemos el lapsus para ver de nuevo hacia adelante. Es lo justo; es lo sano. No podemos quedarnos en este rincón de la patria lamiéndonos las heridas que esta tragedia silenciosa nos ha dejado. No debemos de dejar de estar atentos sobre la situación política en el país, aunque eso sea harina de otro costal, como diría mi abuela. Y, es que, como nadie lo podrá negar, hoy, como nunca, los mexicanos estamos divididos en tres partes, aunque dos de esas partes destacan más: 100% a favor del Gobierno Federal y el otro 100% en contra. Así de radical. Un odio-amor como nunca antes había visto. Una fe ciega de unos y una desconfianza total de otros, y a otra parte de los mexicanos de plano no les interesa en lo absoluto “ponerse las pilas” y cambiar, ya sea porque están sumidos en un mundo de ignorancia, pobreza o apatía, pero no se puede contar con ellos. Ya el tiempo pondrá a cada quién en su lugar, pero mientras eso pasa, no podemos perder más tiempo en dimes y diretes, que la patria no puede esperar.

Los sonorenses debemos ya comprometernos y actuar en consecuencia a la responsabilidad social que nos compete, y que incluye participar activamente o apoyando todo lo que tenga que ver con el orden, la limpieza y respeto ecológico de nuestro entorno. Hay fomentar el auto empleo y el emprendimiento de negocios entre la gente. Es necesario apoyar a nuestros comerciantes locales. Es nuestra responsabilidad involucrarnos en el devenir político y señalar los hierros y aciertos de las autoridades. Debemos, también, exigir resultados a los funcionarios públicos, aunque sean nuestros amigos, porque la Patria es primero que todo, y debemos exigirles a los partidos políticos los mejores perfiles y no los mismos de siempre que no saben hacer otra cosa que vivir del erario. Ya la ciudad, el Estado y la República no soportarán tres o seis años más de ineficiencias e impunidad.

Es hora de entender de una buena vez que es obligatorio obedecer los reglamentos de tránsito y el respeto al derecho ajeno. No es cuestión de gustos. Es necesario. Es urgente. La autoridad debe hacer cumplir la ley sin temor a los “costos políticos” y si no puede, que renuncie. Ahí están tomadas por rebeldes las carreteras y las casetas, además de las calles por la violencia. Es momento, ahora, de comenzar a cuidar nuestra salud; una alimentación sana y ejercicio nos ayudarán mucho a la hora de iniciar una revolución del intelecto en México. Hay que nutrir cuerpo y alma para evitar la anemia espiritual, ya que si no alimentamos nuestra mente y espíritu, el país seguirá perdido en el limbo existencial y material en el que estamos inmersos.