Salvar empleos y proteger ingresos ¡urgente!

Por: Eduardo Sánchez

“Estamos tocando el fondo, estamos tocando el fondo”, decía el poeta español Gabriel Celaya en su poema: “La poesía es un arma cargada de futuro”, para reclamar una actitud de rebeldía en los tiempos del franquismo.

Jesús Zambrano Grijalva
(Analista político)

Hoy, en México, ante una situación de emergencia sanitaria, económica y social (en la cual estamos, literalmente, tocando fondo), urgen medidas que involucren al gobierno, empresarios, partidos políticos y sociedad toda, para frenar y revertir el deterioro en el que estamos sumidos no solo por la pandemia sino por malas decisiones de la administración en curso.

Y la tragedia empieza con las más de 36 mil muertes, más de 311 mil contagiados y casi 100 mil sospechosos de Covid-19 -de acuerdo con cifras oficiales- que se enlaza, indisolublemente, con la crisis de empleos e ingresos que ya padecemos:

Tan solo en cuatro meses que llevamos de crisis por la pandemia (marzo-junio), se han perdido un millón 113 mil 677 puestos de trabajo formales, de acuerdo con el IMSS.

La rama de la construcción -que registró una caída de 12 por ciento y un descenso de 30.9 en su gasto- es la que más afecta a los trabajadores con menores ingresos: En 2019 se conformaba en un 92 por ciento de MIPyMES, que empleaban a 6 millones 237 mil mexicanos y ahora, con 2 mil constructoras paradas, más de un millón de personas quedaron a la deriva.

Sucede lo mismo con la producción industrial y de manufactura que, en abril, retrocedieron 29.6 y 35.5 por ciento, respectivamente.

En ese mismo mes, la actividad económica registró una reducción real de 19.7 por ciento. Las exportaciones manufactureras y automotrices retrocedieron igual hasta en un 90 por ciento, lo cual provoca desinversión y despidos. Además, se anticipa que el PIB caerá entre 10 y 12 puntos en 2020.

Estamos ante un proceso de descapitalización en mano de obra y capacidad manufacturera y de servicios. Y como dice el Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, “el trabajador, al no contar con registro en el IMSS, también pierde su derecho a la seguridad social”.

 

La tragedia se agranda si consideramos que más de 12 millones de personas, dejaron de percibir algún ingreso entre abril y junio. Así, según la UNAM, 16 millones caerán en pobreza extrema, cifras coincidentes con las del Coneval.

Esto conlleva una menor recaudación fiscal que, aunada a la caída en los ingresos petroleros y el déficit en Pemex, estrechan los márgenes de maniobra de un gobierno que se ha negado a modificar sus prioridades de gasto, tanto en sus mega-obras, como en sus programas sociales de muy cuestionada eficiencia.

Si no hay un cambio urgente para salvar la economía, tardaremos años en recuperar los niveles del 2018 y corremos el riesgo de una crisis social y humanitaria de graves consecuencias.

Debemos apelar a las mínimas medidas de emergencia que se requieren: Destinar recursos, estímulos y créditos para que las MIPyMES no cierren ni despidan trabajadores. Se precisa el equivalente al 1 por ciento del PIB (unos 204 mil mdp), como ha sugerido la Coparmex; decretar un aplazamiento en los pagos de impuestos de estas unidades económicas; aplazar el pago de contribuciones al IMSS, y no dar de baja a ningún trabajador adscrito a él; replantear el papel de la industria eléctrica y petrolera (CFE y Pemex); y aprobar ya el Ingreso Mínimo Vital -propuesto por el PRD desde hace años y ahora junto a otras fuerzas en la Cámara de Diputados-, el cual se haría efectivo durante 3 meses para quienes han perdido su empleo o que han dejado de percibir ingresos en los últimos meses, lo que significaría poco más de 300 mil mdp (1.3% del PIB).

Estas medidas, que ya tienen amplio consenso, obligarían a reorientar el gasto público y/o a contratar deuda gubernamental. Exigirían también la participación de todos los sectores económicos, políticos y sociales en una acción nacional unitaria lo cual ayudaría a enfrentar en condiciones menos difíciles, las desastrosas consecuencias de la pandemia.

No permitamos que “toquemos fondo”. Persistamos por México.