Por: Eduardo Sánchez
Asume la Presidencia Municipal el C. Miguel Mendívil Ibarra el 16 de septiembre de 1935. Eran tiempos de la educación socialista impulsada por Lázaro Cárdenas (1934-1940) y también, de una segunda etapa del movimiento cristero a nivel nacional. Las repercusiones estatales y regionales se venían observando desde el período del Gobernador Rodolfo Elías Calles (1931-1934) con el cierre de templos y la expulsión de Sonora de todos los sacerdotes católicos.Al Presidente Mendívil Ibarra le tocó estar al frente de este municipio un período muy breve ya que se vio obligado a renunciar a solo tres meses de haber asumido el cargo. En este corto tiempo sucedieron algunos eventos que merecen ser mencionados.
Fue detenido el Comisario de Tesia, Lino Valenzuela, acusado de estar implicado en una rebelión armada de carácter religioso y antisocialista los días 31 de agosto y 1 de septiembre de 1935. Hubo levantamientos armados cristeros en Etchojoa y Cajeme que rápidamente fueron sofocados por fuerzas federales. Toma fuerza el movimiento cristero en Sonora, principalmente en la región serrana de Granados.
Como consecuencia de la pugna entre el Presidente Cárdenas y el ex-Presidente Calles, el 17 de diciembre de ese año se declara la desaparición de poderes en Sonora y se destituye al Gobernador, el alamense Ramón Ramos Almada. Lo sustituye el huatabampense, Gral. Jesús Gutiérrez Cázares. El 19 de diciembre, el Ayuntamiento de Navojoa en masa presenta su renuncia con carácter de irrevocable y se nombra una terna de candidatos para presidir un Concejo Municipal. Pascual Contreras resultó seleccionado y sus Concejales Propietarios fueron Jesús Tena, Ramiro Ibarra, Gabriel Félix, Dr. José María Licona, Vicente Castillo y, Heberto Aguirre.
El periódico “Ahora” de esta ciudad registró varios hechos históricos de esa época. Su director José Moreno Aragón y, su administrador, Ernesto Barbieri, se encargaron de difundir a la opinión pública el inicio de campaña de dos navojoenses en pos de la gubernatura de Sonora. Al inicio del mes de enero de 1936 ocurre una gran manifestación de apoyo a la candidatura del Gral. Román Yocupicio y, dos semanas después, arranca la campaña con el mismo fin, Leobardo Tellechea. Ambos fueron presidentes municipales de Navojoa, Román Yocupicio de 1921 a 1922 y, Leobardo Tellechea en el período siguiente, de 1922 a 1923.
Este periódico publica el día 4 de marzo de 1936 una nota con el encabezado “Las Mujeres del Mayo Lanzan un Manifiesto” y el siguiente texto: Ha empezado a circular en esta ciudad un extenso manifiesto calzado con las firmas de Águeda Martínez Z., Ma. Elena Bojórquez y Rosario Martínez, en el que excitan a la mujer sonorense para que tome parte en las próximas luchas electorales. Se declaran partidarias del general Román Yocupicio, formando un bloque denominado “Legionarias Femeniles de las Izquierdas de Sonora”.
En otra sección, titulada Navojoa en Retazos, el periódico expresa su opinión sobre esta noticia con las siguientes palabras “Nos ha sorprendido la noticia: las mujeres del Mayo se hincan en la política. Nosotros siempre hemos tenido de estas mujeres la impresión de una feminidad acentuada y un culto que signifique hogar y quietud. La política es para los hombres y nunca para las damas, mayormente nuestra política que se forma a base de intrigas, dimes y diretes, que se convierten en injurias. Somos feministas, creemos que las mujeres son dignas colaboradoras del hombre, que tienen los mismos derechos, pero nos apena pensar que tengamos que verlas en una plaza pública recibiendo insultos de todo hijo de vecino, y solo por simpatía por tal o cual candidato que a la postre nada habrá de darles. No, nobles y buenas féminas del Mayo, no es hora de lanzarse en el torbellino sucio y denigrante de la política, en vuestros hogares desarrollan la mejor obra social, el mejor postulado, el de la paz, la dignidad y el decoro”.
El 4 de enero de 1937 el Gral. Román Yocupicio Valenzuela recibiría la gubernatura de Sonora de manos del Gobernador Provisional, Gral. Jesús Gutiérrez Cázares, para entregarla en septiembre de 1939 al huatabampense Gral. Anselmo Macías Valenzuela.