Se levantaron bastantes expectativas para la economía del país
Por: Mario Saucedo Gómez
Al momento de dar a conocer el Plan México, por parte del Gobierno Federal, se levantaron bastantes expectativas para la economía del país, porque se entendió como un importante soporte para avanzar.
Y avanzar más allá de lo que siempre ha sucedido en su economía, ya que la mayoría de las veces en los sexenios solo rebasan el punto de equilibrio; o sea, iguales ingresos y egresos.
Que al momento de dar a conocer ese plan alternativo para enfrentar los movimientos arancelarios de Estados Unidos, se reconoció como una importante respuesta para el crecimiento mexicano.
Porque desde siempre el crecimiento y desarrollo económico nacional está sustentado en los planes de desarrollo y así es igual para los otros dos niveles, sin plantear nunca planes emergentes como este.
Porque en épocas anteriores, independientemente de las crisis económicas acompañadas de devaluaciones, siempre fue inamovible lo manifestado en los planes nacionales de desarrollo.
Solamente se lograban pactos o acuerdos entre Gobierno e iniciativa privada para aplicar medidas en el control inflacionario, para evitar que afectara la canasta básica.
Y también en cierto momento se logró aplicar el control de las operaciones en moneda norteamericana, restringiendo su disponibilidad para no afectar las reservas de Banco de México.
Que también en el periodo gubernamental federal de 1976-1982 se logró presentar un plan de desarrollo industrial como plan emergente para impulsar la producción nacional y promover la inversión.
Que ciertamente no logró avanzar de manera fundamental, al no poder involucrar de manera completa a todo el Gobierno, iniciativa privada y sociedad para que fuera exitoso.
Porque era reconocido por todos, y así se manifestaba, que era necesario el impulso al desarrollo de la producción nacional en todos sus sectores, para crecer económicamente y dejar de depender del exterior.
Y en los años posteriores del Gobierno Federal, no se volvió a presentar un plan semejante, solamente el indicado por la Ley Nacional de Planeación, que no ha logrado más que mantener el equilibrio.
Hasta ahora que se plantea un plan emergente de desarrollo económico para el país en todas sus regiones, donde se indica que busca un real crecimiento económico y parece que no lleva la agilidad necesaria.
Porque la estrategia es realizar reuniones regionales para que se instrumenten acciones conjuntas entre Gobierno y sociedad productiva, con el objetivo de lograr las metas establecidas en el plan base.
Pero se siente cómo lo hecho por gobiernos anteriores en la instrumentación del plan de desarrollo industrial que no funcionó, porque en su proceso de consulta y participación no se involucró a todos.
Y el indicar involucrar a todos significa hacer partícipes a todos los gobernadores, presidentes municipales y representantes populares, para que también ellos, como gestores, participen en el desarrollo.
Porque este tipo de planes de convocatoria nacional deben de ser así para que puedan tener éxito, porque hacerlos de manera regional, como se ha establecido, no se logrará el éxito que se desea.
El Plan México es una buena propuesta para que se establezca con toda la sociedad, en estados y municipios, pero instrumentado de manera económica, no política, porque no se logrará.
DEL ESCRITORIO
Ahora que las confrontaciones entre países del Medio Oriente están en reposo, pueden volver a tomar sus actividades los niveles, los mercados financieros, aunque no de manera igual, porque se movieron los indicadores de muchas variables, que a lo mejor tardarán en recuperarse… Siempre ocurre que, en tiempos de lluvias, en la parte sur del país, que son cuantiosas, las regiones del norte quisieran que una parte de esas lluvias lograran llegar a esas partes, que son las principales productoras de productos agrícolas y ganaderos, y es ahí donde se necesitan planes preventivos para esos tiempos de secas… De llamar la atención de que, a pesar de los problemas que se presentan en Medio Oriente, la paridad del peso mexicano solo ha presentado movimientos mínimos ante el dólar, lo que indica que hasta hoy es resistente ante efectos externos.