El intercambio comercial en capítulos

México es el primer socio comercial de su vecino del norte y lo que decida en su intercambio comercial es de impacto

Por: Mario Saucedo Gómez

Puede ser que el tema de los aranceles sea un tema que está presente en el ánimo de la actividad económica mexicana desde que llegó a la presidencia de los Estados Unidos Donald Trump.

Y no es para menos cuando México es el primer socio comercial de su vecino del norte y lo que decida en su intercambio comercial es de impacto y de interés de la sociedad del país.

Lo que hace que el Gobierno, el empresariado y los productores agropecuarios estén muy atentos cada día que amanece, a ver si por ahí se firma una orden ejecutiva que impacte en la planta productiva.

Que además de la planeación estratégica que se realiza anualmente, se tengan que rediseñar esquemas que logren que el efecto arancelario no sea problemático para las actividades económicas.

Pero en un mercado de competencia y cambios en las economías mundiales, estar pendiente de forma cotidiana de lo que aparece cada mañana es complicado en un país en vías de desarrollo como México.

Aunque este sea el primer proveedor de la mayor economía del planeta, porque la economía mexicana no podrá avanzar como corresponde por los sobresaltos diarios en el comercio con los estadounidenses.

De manifiesto está que, para lograr una estabilidad comercial entre países, el camino más viable es la firma de acuerdos comerciales como hoy lo tiene México con Estados Unidos y Canadá.

Que es el espacio donde se puede avanzar en los procedimientos acordados del intercambio comercial y además donde se pueden poner sobre la mesa las controversias, porque para eso son los tratados.

Porque es difícil para una economía como la mexicana, que a pesar de tener un acuerdo comercial firmado, el que cada día esté en espera del juego del “tin marín” para ver a qué producto le tocará ahora.

Considerando que, en todas las actividades económicas mexicanas, como en todos los países, existe una planeación económica, productiva y financiera, que al cambiarse tiene sus efectos.

Y que por más ordenada y precisa que esté la planeación de un país o una empresa, el que le cambien de un día a otro sus políticas de comerciar con el extranjero, sus resultados no serán nunca los mismos.

Lo que lleva a recordar que en días recientes aparece en medios que Estados Unidos establecería un impuesto arancelario del 30% a todos los productos que le vendan a su país.

Y en ellos va incluido México, independientemente de que esté dentro de un acuerdo comercial, y que entraría en vigencia ese cobro a partir del 1 de agosto, pero al parecer inicia realmente el 7 de agosto.

Que por negociación de la presidenta de México, el país tendrá un periodo de gracia de 90 días, para ver qué resulta en ese tiempo, pero lo que sí es de interés estadounidense son las barreras comerciales.

Donde las barreras comerciales que tiene México y la mayoría de los países del planeta son las que protegen a las empresas nacionales de la competencia extranjera.

Y esos instrumentos de protección comercial están establecidos desde el origen de la economía mexicana y que en el transcurso del tiempo se han perfeccionado para beneficio nacional.

Que necesariamente deben de permanecer en vigencia para que el mercado mexicano de bienes y servicios no esté totalmente libre, porque su eliminación o disminución costaría más que los aranceles.

DEL ESCRITORIO

Como se había muchas veces mencionado, los beneficios del nearshoring que traería para algunas regiones del país, hoy en día poco se menciona por la política arancelaria de los Estados Unidos, pero lo que sí es real es la continua llegada de inversión extranjera directa hacia las diferentes actividades económicas… Interesante que México busque acomodar la producción de aguacate al mercado brasileño, considerando las características que está presentando el mercado norteamericano para la comercialización de este producto… El mito del ave fénix está puesto en marcha para su cumplimiento en los Estados Unidos, con el objetivo de renacer como la primera economía con su lema “Estados Unidos grande otra vez” en un mundo que ha cambiado.