Por: Eduardo Sánchez
Jesús Carvajal Moncada(Promotor social)
Sobre el accionar de la sociedad una vez que la pandemia haya sido controlada se ha especulado ampliamente desde hace varias semanas. En el área económica es posible predecir con alto grado de seguridad los efectos que viviremos, debido a lo que ha sido una constante ya durante esta crisis para una parte de la sociedad: bajos ingresos, menos horas laborables y en algunos casos, la pérdida del empleo o la quiebra de empresas. Cómo se resuelva esa situación depende de planes, apoyos y estrategias en general.
En otros campos, como el de las interacciones sociales, también se ha profetizado en medios de comunicación o en conferencias virtuales, que la crisis sanitaria nos ha marcado para siempre, que la humanidad no podrá ser la misma. Probablemente así sea, pero es difícil todavía afirmar con certeza lo que suceda en los próximos meses. Las empresas, negocios, escuelas y oficinas gubernamentales pondrán en práctica medidas de higienes y seguridad durante varios meses más. Después de ello, el continuar con cuidados dependerá del grado de conciencia que se logre tener.
Para quienes han vivido desde marzo pasado como si en nuestro medio y en el mundo no sucediera absolutamente nada en materia sanitaria, la vuelta a actividades habituales será notada mínimamente, excepto porque se observen mayores aglomeraciones. En cambio, las personas que han tomado en serio la pandemia podrán darse cuenta de todos los aspectos que se han hecho evidentes, en cuanto a la fragilidad de la sociedad en lo económico, en la necesidad de practicar más y mejores hábitos de higiene, así como en la disciplina que gran parte de la sociedad requiere ante situaciones de emergencia, peligros que no se ven a simple vista, como un tornado, o no se sienten, como un temblor de tierra, pero que están presentes, y por tanto, pueden ser más letales aún.
Decir que esta crisis cambiará a la sociedad drásticamente es algo todavía apresurado. Lo importante es que los diversos sectores sociales se mantengan en sintonía y privilegien la salud. La grave crisis económica que transcurre y vendrá todavía, desafortunadamente, debe ser una lección para generar estrategias, no sólo para la mejora en las condiciones de vida de la población en general, sino para prevenir afectaciones futuras como las ahora acontecidas.
No considero un proceso sencillo el logro de lo anterior. Pese a lo que hemos vivido, existen muchas formas de comportamiento y costumbres que no se remueven fácilmente. El trabajo desde la educación, el arte y la cultura para generar una mayor conciencia es una posibilidad que puede ser aprovechada, además de la aportación que hagan las empresas socialmente responsables y los medios informativos.
La actitud que se muestre ante los problemas, el pensar positivo y con optimismo es recomendable, pero si no llegamos a desarrollar y emplear nuestros recursos personales y materiales de forma más óptima, la pandemia habrá sido una oportunidad de aprendizaje desperdiciada.