Detrás de su fama televisiva, hay una historia de esfuerzo, preparación artística y formación académica que dio sustento a una carrera multifacética
Por: Brayam Chávez
Florinda Meza es, para muchos, sinónimo de “Doña Florinda”, uno de los personajes más recordados de El Chavo del 8.
Sin embargo, detrás de su fama televisiva, hay una historia de esfuerzo, preparación artística y formación académica que dio sustento a una carrera multifacética y duradera.
UNA INFANCIA MARCADA POR LA ADVERSIDAD
Nacida el 8 de febrero de 1949 en Juchipila, Zacatecas, Florinda Meza vivió una niñez compleja. Tras la separación de sus padres, quedó al cuidado de sus abuelos, quienes también fallecieron cuando ella aún era joven. Estas experiencias moldearon su carácter y la convirtieron en una mujer independiente y decidida desde muy temprana edad.
Antes de entrar al mundo del espectáculo, Florinda desempeñó varios trabajos. Fue secretaria y también modelo en comerciales, oficios que le permitieron mantenerse mientras perseguía su verdadero sueño: convertirse en actriz profesional.
FORMACIÓN ACADÉMICA EN ACTUACIÓN
El interés de Meza por las artes escénicas no era pasajero. Con una clara vocación artística, decidió estudiar formalmente actuación en la Asociación Nacional de Actores (ANDA), una institución reconocida por su compromiso con la formación de talentos en cine, teatro y televisión.
Allí concluyó la carrera de arte dramático, sentando las bases de una trayectoria que más tarde le permitiría destacarse no solo como actriz, sino también como guionista y productora.
Gracias a esta formación técnica, Florinda Meza se convirtió en una figura versátil y capaz de encarnar personajes muy distintos entre sí, como la Chimoltrufia, la Popis y, por supuesto, Doña Florinda.
Además de su formación actoral, Florinda Meza se dedicó durante veinte años al estudio de la música. En ese tiempo, se preparó como soprano coloratura, una especialización dentro del Bel Canto que exige gran precisión vocal y dominio técnico.
Aunque no se conoce con certeza la institución en la que cursó sus estudios musicales, se sabe que fue un proceso constante y riguroso. Su preparación como cantante no solo complementó su carrera actoral, sino que también le brindó herramientas para abordar personajes con mayor profundidad emocional y expresiva.
UN CAMINO QUE LA LLEVÓ A CHESPIRITO
Fue precisamente su talento en el escenario lo que llamó la atención de Roberto Gómez Bolaños. Mientras participaba en pequeños sketches teatrales, Meza fue invitada en 1969 a formar parte del elenco de Los Súper Genios de la Mesa Cuadrada, el inicio de una colaboración artística que marcaría para siempre su vida personal y profesional.
Desde entonces, su carrera estuvo íntimamente ligada al universo de Chespirito, donde interpretó algunos de los personajes más emblemáticos de la comedia televisiva en América Latina.