Por: Eduardo Sánchez
Las piezas fueron intervenidas por pintores y escultores, como Jorge Cejudo, Lorena Sierra, Andrés Palomar, Pablo Benllure, Carlos Coss, entre otros, quienes se comprometieron con la causa a través de su trabajo y le dieron una ejecución técnica a las obras de los niños.
“Cuando me di cuenta de que había muchos niños que estaban naciendo y creciendo dentro de las cárceles, decidí hacer algo para apoyar, mejorar sus días y la manera idónea que encontré fue el arte terapia”, aseguró.
Durante seis meses, Fenoll impartió la terapia a los menores, con la intención de utilizar el arte como una vía para tratar miedos, bloqueos personales, traumas del pasado, entre otros trastornos que comúnmente se generan en los pequeños que han tenido estímulos muy distintos a los de los infantes que viven en libertad.
Fenoll aseguró que las condiciones dentro de las cárceles son difíciles, pero las madres encuentran un motivo de seguir adelante en sus pequeños: “Mi experiencia en la cárcel fue muy conmovedora. Jamás en mi vida había ido a una y creía que iba a ser un lugar aterrador, pero a pesar de que el ambiente es muy pesado, me recibieron muy bien y fui a conocer el Centro de Estudios Infantil, donde trabajé el arte terapia con pequeños de tres a cinco años”.
UNA TAREA DIFÍCIL
Fenoll afirmó que inducir a los infantes fue un reto, pues la mayoría se negaba a participar en las actividades artísticas: “Al inicio fue muy difícil, pues la mayoría de los niños tenía conductas muy violentas. Algunos guardan mucho rencor a sus madres por tenerlos ahí, pues ellos están conscientes de su condición, y creo que éste es el principal motivo por el cual se negaban rotundamente a pintar, pero mientras pasaban las sesiones lograron canalizar más sus sentimientos y plasmarlos en el arte”, aseveró.
“El Arte Detrás de las Rejas” es un proyecto altruista que une al público espectador con la vida dentro de estos espacios de readaptación social, el arte con causa contribuye a los programas que dan una vida más sana, con mayor esperanza, más arte y menos violencia a los infantes que habitan entre esas grises paredes.