Vende pan desde hace dos décadas

Por: Eduardo Sánchez

En 1995 se desempeñaba como ayudante de albañil, realizaba labores de colador y en una ocasión, un saco le cayó encima, fue entonces que a sus 28 años perdió movilidad en sus piernas. La empresa no respondió y lejos de rendirse, estar postrado a una silla de ruedas no fue impedimento para que don Manuel aprendiera un oficio: el de panadero.


Por: Fabiola Navarro

Integrantes de una congregación cristiana le enseñaron a elaborar empanadas, desde entonces se ha dedicado a ese oficio y ha hecho del centro comercial su lugar de trabajo.


“No busqué trabajo porque aprendí a hacer pan, la gente ya me conoce y llegan y me compran empanadas. Las ventas en ese tiempo aumentan por el frío”, explicó.

Las empanadas son rellenas de calabaza o de cajeta y tienen un precio de 10 pesos por bolsa al igual que las de pan sencillo.

A don Manuel se le localiza en un pequeño puesto sobre la banqueta de la calle Galeana, entre el callejón Argentina y Miguel Alemán.