Por: Eduardo Sánchez
Erika Ayón, presidenta de la Fundación Jesucristo Misericordioso, señaló que, con la nueva ubicación del comedor, se ampliaron los servicios para los 50 niños y sus cuidadores, quienes acuden a sus tratamientos del área rural desde municipios como Empalme y Navojoa.
El lugar cuenta con una recámara conformada por nueve camas individuales, sin embargo, la intención es ampliar aún más los espacios para que los menores puedan descansar los días que acuden a sus quimioterapias e incluso pasar la noche.
Expuso que continúan solicitando el apoyo de la ciudadanía con donaciones de alimentos, ya sean frutas, verduras, carnes o latas, además de que son bien recibidos colchones, bases para cama, cobijas y abanicos.
“Gracias a las aportaciones del Programa Padrino es que los niños pueden tener un lugar seguro con sus dos comidas completas” agregó.