Doña Rosario de Ciudad Obregón necesita de ayuda

Por: Eduardo Sánchez

Doña Rosario y cinco nietos viven bajo un techo dañado por las llamas



Por: Oviel Sosa

En una casa plagada de carencias y su estructura dañada por un incendio, doña Rosario vive junto a sus cinco nietos. El entorno en el que están envueltos es gris y vulnerable, pero el amor, aprecio y calor de abuela le inyecta ánimo para sacarlos adelante.

Tal vivienda se encuentra en la calle Ópalo entre Zafiro y Turquesa 1746 en la colonia Valle Verde. La fachada del hogar presenta las secuelas del fuego que consumió gran parte de la morada.

Doña Rosario compartió que viajó junto con sus nietos a Los Mochis, Sinaloa a visitar a una hija, y que en ese tiempo que estuvo fuera vándalos aprovecharon para ingresar a su casa para robarle lo poco que tenía y no conformes con el daño que hicieron le prendieron fuego.

Al regresar se topó con un cuadro triste, el aroma a madera quemada fue el ambiente que envolvía el lugar. Ahora entre escombros los infantes pasan su día, no existen comodidades, solo cuentan con lo más indispensable como una cama para dormir y una mesa en la que comen; todos están amontonados en un pequeño cuarto donde la lumbre no llegó.

Los nietos que cuida doña Rosario son de una hija que se fue a Hermosillo a trabajar, de la cual tiene más de 7 meses que no sabe de ella, la cual indicó le mandaba dinero. Efectivo que empleaba para comprar comida para los menores.

Actualmente la caridad de las personas es parte importante para que doña Rosario saque adelante a sus nietos. Una vecina le pasa energía eléctrica y ella se emplea en vender dulces para obtener algo de capital y eso utilizarlo en comprar alimento.

“Yo salgo a vender en las tardes paletitas de dulces y con lo que vendo compro tortillas y huevos”, expresó.

Doña Rosario con semblante triste comentó que la mamá de los menores no se ha comunicado con ella, de la cual por medio de un señor supo que estaba bien, pero quisiera saber el motivo de por qué ya no le ayuda; por lo pronto la señora tiene que cuidarlos, criarlos y mantenerlos con lo más básico.

Los infantes son tres niñas y dos varones, una mujercita de 1 año 8 meses, otra de tres años y una más de 10 años y los hombres tienen 12 y 14 años respectivamente. Menores que están cobijados por el amor de doña Rosario, quien a pesar de las condiciones humildes en las que se encuentra busca la manera de ver por ellos en todo momento.

Ante tal contexto, doña Rosario requiere de apoyo para de esa forma poder sortear su día a día.

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