Se realiza la XXXVI peregrinación a la “Casita del Tepeyac”; fieles oran por la lluvia y por las víctimas de la violencia
Por: César Leyva
Cientos de fieles católicos, pertenecientes a las parroquias de la Diócesis de Ciudad Obregón, participaron este sábado 26 de julio en la XXXVI Peregrinación a la Basílica de Guadalupe, donde se consagró a la Iglesia diocesana durante una misa presidida por el obispo Felipe Pozos Lorenzini.
Como es tradición, los peregrinos caminaron varios kilómetros hacia la Villa Guadalupana, entonando cánticos y rezando el rosario, acompañados por el obispo, sacerdotes, seminaristas y religiosas.
Antes de la misa, los asistentes vivieron un momento de adoración eucarística, como preparación espiritual. Esta experiencia permitió a cada persona presentar ante Dios sus necesidades personales y las de otros.
Posteriormente, se llevó a cabo la procesión de entrada a la Basílica, donde un representante del Cabildo dio la bienvenida al obispo y a los fieles. “Nos unimos a las intenciones pastorales de la Diócesis de Obregón para que Santa María de Guadalupe les inspire y se convierta en modelo de amor a Dios”, expresó.
“DEJAR QUE LA VIRGEN NOS MIRE”
Durante su homilía, el obispo Felipe Pozos Lorenzini subrayó que peregrinar a la Basílica de Guadalupe no consiste solamente en ir a ver a la Virgen, sino, como lo ha dicho el Papa Francisco, en dejar que sea ella quien mire a cada persona con compasión y amor.
Invitó a los peregrinos a confiar a la Virgen todas sus necesidades, pero también a comprometerse a ser mensajeros y embajadores de su mensaje al regresar a casa.
“Necesitamos pedirle a la Virgen que nos conduzca y nos lleve en sus espaldas. Ella nos invita a construir muchas ‘casitas’, como pidió a Juan Diego”, enfatizó.
PIDEN POR LA LLUVIA Y LAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA
Durante la misa se elevó una oración por los enfermos, los jóvenes, los niños que sufren violencia y por la llegada de lluvias que garanticen el agua necesaria para los campos de la región.
Al finalizar, el obispo, junto con los sacerdotes, se arrodilló ante la imagen de la Virgen de Guadalupe para consagrarle toda la Diócesis mediante una oración especial. En ella pidió por las víctimas de la violencia y las adicciones.
También encomendó a la Virgen la protección de los migrantes, de quienes viven en las periferias y de quienes sufren depresión.
“Madre, intercede por toda la Diócesis de Ciudad Obregón. Enséñanos a levantarnos presurosos para ir al encuentro de los demás. Virgen de Guadalupe, Ciudad Obregón es toda tuya”, concluyó el obispo Pozos Lorenzini.